Las tarjetas revolving se han vuelto muy populares en el último tiempo, dado que ofrecen la posibilidad de realizar compras o utilizar efectivo, y luego pagar en cuotas. En sí funcionan como un microcrédito, y como tal, sus intereses son absolutamente desproporcionados. Así por una compra de 800€ podemos llegar a acabar pagando 3.000€. Estos números se encuentran un 30% por encima de los intereses habituales que estipula el Banco de España para un crédito personal.